Hoy hay una explosión de interés en
la meditación. Un estudio del año 2012
en los Estados Unidos publicado por el Instituto nacional de salud encontró que
el 8% de la población practicaba alguna forma de meditación ese año. Entre
ellas, la concientización fue el que más creció. Como estudiante y profesor de
meditación por más de 40 años, solo puedo sentirme feliz de que mucha gente
este tenido contacto con esta muy antigua práctica. Dado el caos en nuestros
trabajos y nuestras vidas hay una demanda reprimida por ella. Al mismo tiempo,
estoy un poco receloso del mercadeo que gira en torno a la meditación.
En el tipo de práctica de meditación
llamada mindfulness o concientización hay una multitud de libros inundando el
Mercado. Parece como una panacea para varias áreas de la sociedad. Abundan títulos como “concientiza algo”. Solo reemplacen algo
con trabajo, comida, ejercicio, liderazgo, niños, adolescentes, padres, y
tendremos la promesa de un maravilloso concientizado mundo. Haciendo todas estas cosas de una manera más “consiente”
obviamente trae beneficio. Desafortunadamente, como muchas de las terapias que
aparecen de vez en cuando, ninguna de ellas puede ser la respuesta a todo. La
manera en que la concientización es presentada, la hace parecer como algo
recientemente inventado. Como si la práctica de la meditación no hubiera
existido por miles de años! Sabemos que la meditación ha estado disponible de
varias maneras por milenios para solventar los problemas de la vida.
Para completar la inserción de la concientización en la
corriente occidental, hasta la palabra meditación ha sido dejada por muchos,
por lo cual ya no es más asociada con cualquier práctica espiritual o
religiosa, según sus raíces budistas.
Los exponentes de la concientización dicen que su meta no es controlar la mente. De acuerdo con la creencia popular y las razones descritas en el blog previo acerca de nuestra “flacidez de músculos emocionales y mentales”, dicen de que esto no es posible. En vez de controlar los pensamientos, la idea es solo observarlos. De esta manera calmamos la actividad mental, aprendemos a tratar con la ansiedad y así sucesivamente.
Los exponentes de la concientización dicen que su meta no es controlar la mente. De acuerdo con la creencia popular y las razones descritas en el blog previo acerca de nuestra “flacidez de músculos emocionales y mentales”, dicen de que esto no es posible. En vez de controlar los pensamientos, la idea es solo observarlos. De esta manera calmamos la actividad mental, aprendemos a tratar con la ansiedad y así sucesivamente.
Todo esto es verdad. Solo tomando
significativas pausas en nuestras agitadas vidas y concentrándonos en la
regularidad de la inhalación y expiración de nuestra respiración, al tiempo que
observamos el movimiento de la mente, el cuerpo, y el mundo que nos rodea es
una manera precisa para desacelerar y sentirse calmado.
Tratando de hacer esto afrontando una
crisis mayor, es otra historia. Por ejemplo frente a:
·
Noticias relacionadas con la enfermedad terminal de alguien (o la tuya
propia).
·
Una calamidad humana o natural.
·
La muerte de un ser querido.
·
Cuando te roban todo tu dinero y tus documentos.
·
Pasando por un divorcio
·
Perdiendo un trabajo
·
Viéndose envuelto en un serio accidente de tráfico
La habilidad para estabilizar
la mente en un segundo en tales situaciones requiere una larga práctica y un
más completo entendimiento de las razones que hay detrás de las cosas y
especialmente del trabajo interior el ser, a través de la mente y el intelecto.
Rasgos de la personalidad profundamente arraigados no pueden ser transformados
solo calmándose. Requieren de lo que los antiguos se referían como tapasya- un
estado intenso de entendimiento concentrado y una conexión con el ser y lo
divino que puede quemar las semillas de las debilidades.
En otras palabras, es posible cambiar
aspectos básicos de nuestro carácter, pero como dicen en India, no es tan fácil
como ir a la casa de tu tía.
Lo que puede que no sepan muchos es que la
concientización está relacionada con la práctica de Sati, uno de los siete
pasos para la iluminación en el Budismo. En 1881, Thomas William Rhys Davids,
un magistrado británico en lo que una vez fue Ceylon (ahora Sri Lanka), tuvo
que juzgar muchos conflictos eclesiásticos budistas. Al analizar textos
sagrados en Pali, el lenguaje antiguo del budismo Theravada, sugirió por
primera vez la palabra “mindfulness” “concientización” como sinónimo de
“atención” y como una aproximada traducción del concepto budista de Sati.
Sati, y su contraparte Smrti
básicamente significan tomar conciencia”, o “aquello que recordamos” o aún más
simple, “recuerdo”. También puede significar conciencia dependiendo del
contexto. Uno de los primeros pasos en las antiguas tradiciones Vedicas de
meditación era estabilizar el smriti a través de varias técnicas. Desde que
Buda vino después de cientos de años después de que la meditación Vedica
hubiera plantado sus semillas, él y sus seguidores habrían podido
familiarizarse con esas tradiciones, como se puede ver en muchas de sus
similitudes, especialmente las concernientes al Sati.
Aislando el sati de los otros seis
pasos para la iluminación y occidentalizándolo, como con otros muchos caminos
espirituales, hemos podido haber perdido
su esencia. Con tanta trivialización, cursos, y “expertos” en concientización
buscando nuevas maneras para ganar dinero, puede que nos estemos engañando a
nosotros mismos con el que con el solo sentirse bien se resolverán nuestros más profundos problemas.
Y nuestra mente continuará sencillamente tan incontrolable como siempre.
Después de todo, uno de los
principios centrales del Budismo es que nosotros no escapamos del sufrimiento.
Debemos entenderlo y llegar a un acuerdo con él. Esto requiere mucho más
trabajo del solo desarrollar nuestro estado de atención. Los otros seis pasos
fueron de hecho esenciales para completar nuestro viaje.
En el próximo blog les compartiré
sobre uno de los más grandes maestros de meditación de los tiempos modernos,
Swami Vivekanada, quien responde completamente la pregunta del control de
nuestras mentes desde diferentes ángulos. Miraremos como las horas y el Smriti
eran exactamente la misma cosa. Sigan atentos.
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