Sunday, February 19, 2017

Haciéndonos maestros de nuestra mente (2) Meditación y Conciencia

Hoy hay una explosión de interés en la meditación.  Un estudio del año 2012 en los Estados Unidos publicado por el Instituto nacional de salud encontró que el 8% de la población practicaba alguna forma de meditación ese año. Entre ellas, la concientización fue el que más creció. Como estudiante y profesor de meditación por más de 40 años, solo puedo sentirme feliz de que mucha gente este tenido contacto con esta muy antigua práctica. Dado el caos en nuestros trabajos y nuestras vidas hay una demanda reprimida por ella. Al mismo tiempo, estoy un poco receloso del mercadeo que gira en torno a la meditación.

En el tipo de práctica de meditación llamada mindfulness o concientización hay una multitud de libros inundando el Mercado. Parece como una panacea para varias áreas de la sociedad. Abundan títulos  como “concientiza algo”. Solo reemplacen algo con trabajo, comida, ejercicio, liderazgo, niños, adolescentes, padres, y tendremos la promesa de un maravilloso concientizado mundo.  Haciendo todas estas cosas de una manera más “consiente” obviamente trae beneficio. Desafortunadamente, como muchas de las terapias que aparecen de vez en cuando, ninguna de ellas puede ser la respuesta a todo. La manera en que la concientización es presentada, la hace parecer como algo recientemente inventado. Como si la práctica de la meditación no hubiera existido por miles de años! Sabemos que la meditación ha estado disponible de varias maneras por milenios para solventar los problemas de la vida.
Para completar la  inserción de la concientización en la corriente occidental, hasta la palabra meditación ha sido dejada por muchos, por lo cual ya no es más asociada con cualquier práctica espiritual o religiosa, según sus raíces budistas.

Los exponentes de la concientización dicen que su meta no es controlar la mente. De acuerdo con la creencia popular y las razones descritas en el blog previo acerca de nuestra “flacidez de músculos emocionales y mentales”, dicen de que esto no es posible. En vez de controlar los pensamientos, la idea es solo observarlos. De esta manera calmamos la actividad mental, aprendemos a tratar con la ansiedad y así sucesivamente.


Todo esto es verdad. Solo tomando significativas pausas en nuestras agitadas vidas y concentrándonos en la regularidad de la inhalación y expiración de nuestra respiración, al tiempo que observamos el movimiento de la mente, el cuerpo, y el mundo que nos rodea es una manera precisa para desacelerar y sentirse calmado.
Tratando de hacer esto afrontando una crisis mayor, es otra historia. Por ejemplo frente a:
·        Noticias relacionadas con la enfermedad terminal de alguien (o la tuya propia).
·        Una calamidad humana o natural.
·        La muerte de un ser querido.
·        Cuando te roban todo tu dinero y tus documentos.
·        Pasando por un divorcio
·        Perdiendo un trabajo
·        Viéndose envuelto en un serio accidente de tráfico

La habilidad para estabilizar la mente en un segundo en tales situaciones requiere una larga práctica y un más completo entendimiento de las razones que hay detrás de las cosas y especialmente del trabajo interior el ser, a través de la mente y el intelecto. Rasgos de la personalidad profundamente arraigados no pueden ser transformados solo calmándose. Requieren de lo que los antiguos se referían como tapasya- un estado intenso de entendimiento concentrado y una conexión con el ser y lo divino que puede quemar las semillas de las debilidades.

En otras palabras, es posible cambiar aspectos básicos de nuestro carácter, pero como dicen en India, no es tan fácil como ir a la casa de tu tía.
Lo que  puede que no sepan muchos es que la concientización está relacionada con la práctica de Sati, uno de los siete pasos para la iluminación en el Budismo. En 1881, Thomas William Rhys Davids, un magistrado británico en lo que una vez fue Ceylon (ahora Sri Lanka), tuvo que juzgar muchos conflictos eclesiásticos budistas. Al analizar textos sagrados en Pali, el lenguaje antiguo del budismo Theravada, sugirió por primera vez la palabra “mindfulness” “concientización” como sinónimo de “atención” y como una aproximada traducción del concepto budista de Sati.
Sati, y su contraparte Smrti básicamente significan tomar conciencia”, o “aquello que recordamos” o aún más simple, “recuerdo”. También puede significar conciencia dependiendo del contexto. Uno de los primeros pasos en las antiguas tradiciones Vedicas de meditación era estabilizar el smriti a través de varias técnicas. Desde que Buda vino después de cientos de años después de que la meditación Vedica hubiera plantado sus semillas, él y sus seguidores habrían podido familiarizarse con esas tradiciones, como se puede ver en muchas de sus similitudes, especialmente las concernientes al Sati.

Aislando el sati de los otros seis pasos para la iluminación y occidentalizándolo, como con otros muchos caminos espirituales, hemos podido  haber perdido su esencia. Con tanta trivialización, cursos, y “expertos” en concientización buscando nuevas maneras para ganar dinero, puede que nos estemos engañando a nosotros mismos con el que con el solo sentirse bien se  resolverán nuestros más profundos problemas. Y nuestra mente continuará sencillamente tan incontrolable como siempre.

Después de todo, uno de los principios centrales del Budismo es que nosotros no escapamos del sufrimiento. Debemos entenderlo y llegar a un acuerdo con él. Esto requiere mucho más trabajo del solo desarrollar nuestro estado de atención. Los otros seis pasos fueron de hecho esenciales para completar nuestro viaje.
En el próximo blog les compartiré sobre uno de los más grandes maestros de meditación de los tiempos modernos, Swami Vivekanada, quien responde completamente la pregunta del control de nuestras mentes desde diferentes ángulos. Miraremos como las horas y el Smriti eran exactamente la misma cosa. Sigan atentos.


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