Sunday, February 19, 2017

Haciéndonos maestros de nuestra mente (1) - El papel del NO.

Cuántos miles de NO escuchan los niños antes de que tengan seis años?
No hagas esto. No toques eso. No respondas a lo que se  dice.
Hasta la palabra infante significa el que no habla- es una especie de cállate la boca y quédate enfadado en una esquina.
Silenciosamente construimos una resistencia a los NO aun cuando nos metemos en problemas cuando nuestra curiosidad aumenta y terminamos desobedeciendo a nuestros mayores. Escuchando un NO, esto más tarde se convierte en un problema.

La mayoría de las tradiciones religiosas también tienen sus mandamientos.
No robes. No mientas. No hagas nada violento ni cometas adulterio.
Aun así, no nos damos cuenta de que estableciendo listas de reglas sociales y morales no garantiza que la gente las siga. El primer mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas es mayoritariamente puesto a un lado según la conveniencia del momento. Él es en el último en quien pensamos cuando las cosas van mal y empezamos a sufrir.

Una vez un conocido mío se convirtió en el presidente del consejo de la ciudad de San Pablo. Él me dijo que su objetivo era reducir las 11.000 leyes municipales a 8.000. Aunque en su mandato el número se redujo, no parece que el comportamiento de la gente haya cambiado significativamente. Ellos todavía arrojan basura en las calles y parquean en sitios prohibidos. Tanto es así que, la tal llamada industria de multas se ha convertido en una importante fuente de ingresos de la ciudad.
En esencia, el progreso ha significado más multas, más abogados y jueces y aun así hay más infractores y presos. El modelo se repite.

Hace muchos años había acabado de regresar de un viaje al exterior. Durante mi ausencia, el presidente había hecho un desastroso intento para frenar la rampante inflación, algo de lo que yo escasamente sabía. Mientras estaba de visita en el sur de Brasil, fui invitado a participar en un panel de discusión en televisión en vivo acerca de asuntos actuales. Muy rápidamente el tema se convirtió en un ataque al presidente. Cuando llegó mi turno, sin dar justificación a lo que el presidente había hecho, mencioné que sentía compasión por cualquier líder en éste mundo caótico el cual trataba de controlar lo que la gente hacia, cuando individualmente cualquiera difícilmente hace un esfuerzo por controlar sus acciones, ni que hablar de sus mentes. Esta posición más espiritual fue inmediatamente criticada vehementemente por otros panelistas.

Quizás si alguien tempranamente en nuestras vidas nos hubiera enseñado el cómo controlar nuestras mentes, todo el caos y las innumerables regulaciones que intentan contenerlas serían mucho menos. El problema es que hay pocos candidatos para enseñarnos. Nuestros mayores no aprendieron este arte tampoco. Alguien quien solamente nos dice no, o establece regulaciones y reglas nunca fue un sustituto para nuestro control y entendimiento natural de lo que se debe hacer y de lo que no.
Por lo tanto crecimos con muy flácidos músculos mentales y emocionales. Muchos de los que empiezan meditación dicen que no funciona, ellos olvidan de que excepto por unos pocos con suerte, sus mentes nunca han funcionado a un nivel óptimo.

Aprendemos a hablar, caminar, cantar y aun cocinar. Nadie nunca nos ha enseñado como pensar. La atención solo vuela alrededor como abejas en un campo de flores. Estamos sujetos hasta 100.000 bits de información en nuestra mente. Pensamientos, sensaciones, memorias, inspiraciones, ideas, sentimientos y deseos todos ellos atropellándose por lograr una primera posición en la pantalla de nuestra mente, así como observamos en un caleidoscopio lo que esta falta de control produce en nuestra realidad. Intentando ver las cosas claras a través de todos estos pedazos de información de nuestra vida flotando caprichosamente es un permanente reto.
Esto es por lo que el sentarse, yendo a nuestro interior solamente para seguir otra vez con una mente incontrolable, desanima a muchos en la práctica de la meditación.

¿Qué hay que hacer? ¿Aprender a manejar la mente o solo dejarla a que haga lo que quiera? ¿Hay una manera de crear un estado interior en el cual el control de la mente es una consecuencia natural?


En el siguiente blog les contaré acerca de esto y también haré la comparación de lo que es llamado mindfulness o concientización con las formas más antiguas de meditación.

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